Todo pasó ya.
¿Dónde estabas que no viste mi dolor?
¿Tú también me has abandonado?
Dios del Amor, de la Fe, de la Esperanza,
yo -tu nazareno- te necesitaba.
Yo, que orgulloso paseé tu Cruz a hombros
llevando tu Agonía en andas.
Yo, que tocando el tambor entre las turbas
anuncié en el Calvarío tu llegada...
padre mío,
solo, desamparado y triste,
te necesitaba...
Este sencillo poema lo escribí hace ya muchos años, pero es ahora cuando lo siento más que nunca, es ahora cuando la agonía de perder a mi hermano resucita esta desesperación...
No hay comentarios:
Publicar un comentario