Me lo escribieron con miradas:
-Para ganarte,
para decirte que yo soy la hiedra
y tu el trébol;
que yo tengo amigos diarios
y tu solo lectores esporádicos,
para ganarte,
porque me va el placer en ello,
te cuento que tus poemas
rozan el suelo
y que los míos viven en su escaparate.
(otro “poeta”)
Contestó mi mirada:
-¿De qué tienes miedo, poeta floreado?
¿De tu banal poética?
Los grillos sin noche
son egoístas 
por naturaleza...
 
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