viernes, 6 de marzo de 2015

En el pasillo de Gila

En el pasillo del hogar de Gila, aquel inolvidable genio del humor que se reía de los fruncidos ceños de la vida, habitaba un señor. No contó nunca si pagaba alquiler o sonreía al cruzarse con él, o si mantenían amenas charlas en el intermedio fugaz de las idas y venidas.
No sé por qué me he acordado de Gila esta mañana... quizás esté en el pasillo haciendo encaje de bolillos con los fruncidos gestos que pasan.

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