sábado, 28 de febrero de 2015

la palabra encontrada



Como si me vieras
y yo te viera,
hace tic-tac al revés
el tiempo sobre mi acacia.
No hay distancia,
no hay espacio, solo aliento
como si vieras mi mirada
en el suspiro de las horas
que pasan.
Como si yo te viera
te veo...
Removiendo la tierra
para sacar de la noche 
la palabra encontrada,
sin sombras,
sin temores,
y en Silencio...

viernes, 27 de febrero de 2015

La Voz también: poesía y música para respirar.

Web de La Voz también (pincha en este enlace para verla)

 Todo preparado para recibir el disco en quince días. Pensando ya fechas para la presentación de este trabajo, cuya única pretensión es compartir esencias, música y poesia para respirar... Gracias a Maider Lara, Javier Pelayo, Manuel Millán, Manuel Murgui e Iñaki Martinez por ese gran equipo de corazones y talento. 
La Voz también es una herramienta para afirmar que por encima de todo lo cotidiano hay una razón para Ser.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Mi traje negro.

Voy a ponerme el traje negro de aquellos maestros libres y pasear por esquinas y riberas. Hoy mi silencio desafía las leyes de la cátedra vital. Qué arte mi sombrero en espantar tanta polilla con aires de cisne. Me sobran las maquetas, la existencia comprada sobre plano, la vida urbanizada, los latidos de imitación sobre la manta de una calle programada para no llevar a ninguna parte. Cierro los ojos y veo... sonrío y camino, sólo los pies de mi voluntad trazan las líneas de mi destino.

martes, 17 de febrero de 2015

Tienen más prisa...

Ayer  pasé con tiempo al colmado de los sueños a comprar cuarto y mitad para hacer un relleno de diario con algo de gracia. Esa es la versión oficial,pero aquí en secreto os cuento que lo que quería era mucho más...
No habia casi clientes delante de mí y pedí la vez como buen ciudadano. Una señora aburrida de cocinar siempre la carne de la misma manera me contestó -al menos me pareció- con gesto entreverado entre afirmación seca y gruñido cavernoso. Todo indicaba que en menos de lo que canta un susurro la dulce chica de mirada transparente me despacharía. Pero cuando raudo iba ya mover los labios para el "me toca", una adorable abuelita irrumpió en el espacio común con acelerados ruegos:
-ay hijo me dejas pedir antes, que es que  no veas que dolor de espalda llevoy tengo al marido esperando, que le tengo que dar la comida pronto para que se tome las pastillas porque está de la tensión fatal y yo no te creas que yo el colesterol por las nubes y además solo quiero una cosa-
Asimilando tal marabunta de justificaciones no pude sino asentir a medias cuando la señora ya había dado las leves gracias de camino al mostrador y estaba haciendo su pedido. -Si, claro, pase usted, que lleva más prisa...
Quince minutos después me disponía a pedir, pero parece ser que la prima hermana de la uca uca anterior (léase o recuérdese El Camino de Delibes) supo de la brecha abierta por su familiar y cual bombardero B12 sobrevoló mi ciudad entera sin mirar para espetar a más de media voz: ¡hermosa! dame la bolsa que te he dejado antes, anda, y ya de paso me pones una bandejilla de tomatejos desos arrugaos. La chica me miró... asentí resignado y le dije: atiéndela, no pasa nada, que lleva más prisa...
Lo que ocurrió después fue digno de los anales mistéricos o de una sobredosis de antihistamínico en ayunas:  una tras otra, como en formación premeditada de vanguardia geriátrica, un batallón de abuelitas recien peluqueadas apareció a la conquista del turno... las voces se mezclaban, las crónicas de consulta médica eran esgrimidas como derecho al yo antes, y entre medias, decesos, quejas, angustias, carencias de silencio y un denso tufo a laca de barrio. 
Miré a mi alrededor... quizás me habia equivocado de sitio... no me sonaba en realidad el cartel de la entrada... solo era una frutería donde los tomates se arrugaban y las trincheras de lo cotidiano criaban glutamato para la sopa diaria... o quizás una Carnicería con vocación de teatro de lo absurdo donde siempre hay una oferta de dos por uno. 
-Atiéndelas a todas antes... tienen más prisa...
Yo solo quería preguntar que si me puedes poner un paquetito de silencio y luego paso a por él...

lunes, 2 de febrero de 2015

Siento la noche acurrucada

Que sí... que la siento, la noche acurrucada,
la voz liada en ovillos de viento...
que sí.... que la siento...
que me llueve el aliento de un vuelo por el pasillo con la voz en brazos transportada.
Que le digo hasta mañana a la almohada que se hace huecos con el peso de mis sueños...
Sí... siento la noche acurrucada,
aletean sobre mi piel sus párpados despiertos.

Comparte